Ronald Larsen es un ciudadano estadounidense, de ascendencia danesa, que se instaló en la zona oriental de Bolivia, hacia 1969, por consejo de un amigo que le dijo que era un lugar interesante para realizar inversiones. Desde entonces, el denominado "patriarca" de la familia Larsen ha logrado que su familia posea —no sé si tengan, jurídicamente, la propiedad— una extensión de 57 145 hectáreas, superficie que equivale a unas tres veces la mancha urbana de la ciudad de Santa Cruz, ciudad que cuenta con 1 000 000 de habitantes. Se apreciará que se trata realmente de grandes latifundios que, han sido transferidos a nombre de sus tres hijos, ellos sí bolivianos, al menos sobre el papel. Ojo, esas tierras las habría comprado por un monto equivalente a 55 000 dólares de los EEUU. Como se dice en el Perú, toda una ganga.
Este ciudadano de los EEUU de Norteamércia hizo noticia por el enfrentamiento que ha tenido con el Gobierno del Presidente Evo Morales, con diversos incidentes uno de los cuales afectó a la comitiva del Viceministro de Tierra, Alejandro Almaraz, que iba en una diligencia de Inspección y fue atacada, al pretender ingresar a Caraparicito, con piedras e, incluso, armas de fuego, que afectaron los neumáticos de, al menos, uno de los vehículos en que iban. Estuvieron retenidos algún tiempo. El señor Larsen ha anunciado que se lo afectará solo pasando sobre su cadaver.
Por su parte, el Gobierno boliviano insiste en que en las tierras de los Larsen se emplea a gente —fundamentalmente indígenas de origen guaraní— en condiciones de servidumbre, que aunque reciben una paga, reconocen que les alcanza solamente para sobrevivir.
Pero el caso más patético es el del hijo mayor de este descendiente de daneses, Duston Larsen, quien siendo boliviano de nacimiento fue criado en EEUU, pero volvió a Bolivia y empezó a hacerse conocido, primero, como Mister Bolivia y alguna incursión en el mundo de la actuación en films. Lo cierto es que el joven de 29 años ha atacado virulentamente al Presidente Morales con la despectiva crítica de que sería "un símbolo de la ignorancia, que ni siquiera terminó la secundaria".
En Bolivia se está viviendo de manera sumamente cruda, el proceso de reinvindicación de las poblaciones originarias. Tiempos de cambio, de riesgos, de mucha importancia en el devenir histórico futuro.
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