La migración es un tema delicado y complejo, por cuanto, empezando a nivel nacional, los migrantes son, muchas veces, vistos con desconfianza, especialmente si estos migrantes son venidos de la periferie hacia el centro, de los lugares más pobres a los más prósperos, si pertenecen a grupos sociales que han estado sometidos a relaciones asimétricas (por no decir desiguales). En el Perú, los migrantes kechua o aymara hablantes hasta el día de hoy no tienen reconocido el derecho a su lengua, a su cultura; lo poco o mucho que han logradop ganar en espacio lo han conseguido por su empeño propio, por su tenacidad. Pero nada de manera gratuita. Ayer por ejemplo, el Presidente del Congreso se felicitaba de que el Fondo Editorial del Congreso esté publicando un primer libro de historia del Perú en sistema Braille; realmente, además, eso resultaba muy elogiable. Sin embargo, sería muy importante y desde luego saciaría una gran demanda social, el que se publiquen libros en idiomas como el Kechua o el Aymara o que se efectuara la traducción simultánea de las sesiones del Congreso a esos idiomas. Pero no se hace y no porque no se pueda. Entonces, esos ciudadanos siguen siendo percibidos, en su propio país, como ciudadanos de segunda. (En una breve disgresió, mención aparte merece la actitud folklórica de los representantes de la tienda Designers al mostrar el fastidio suyo y el de sus clientes, muy blancos ellos, seguramente, por el incidente generado con el reportaje de la Revista Cosas al Grupo V con trajes de dicha tienda. Máxima expresión de lo folklórico que puede resultar nuestro país).
Entonces, si no somos capaces de asumir el fenómeno de la migración en nuestro país, seguramente que el mismo proceso a escala global (como lo viven EEUU o Europa) es de mayor complejidad. Pero eso no les da ni remotamente el derecho de hacer lo que pretenden, máxime cuando la migración europea fue tan amablemente recibida en nuestro continente. Irónico. Y en esa medida, somos los propios países de migrantes los que tenemos que, a fuerza de tenacidad, abrir el paso en esos mundos que quieren cerrarnos, a pesar de que nos necesitan (recuerdo el poema Los Bárbaros de Konstantino Kavafis, aleccionador). Y por ello destaco la firme reacción del Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, además de resaltar el hecho de que, siquiera en esto, nuestros países están actuando, felizmente, con un nivel importante de coordinación.
Entonces, si no somos capaces de asumir el fenómeno de la migración en nuestro país, seguramente que el mismo proceso a escala global (como lo viven EEUU o Europa) es de mayor complejidad. Pero eso no les da ni remotamente el derecho de hacer lo que pretenden, máxime cuando la migración europea fue tan amablemente recibida en nuestro continente. Irónico. Y en esa medida, somos los propios países de migrantes los que tenemos que, a fuerza de tenacidad, abrir el paso en esos mundos que quieren cerrarnos, a pesar de que nos necesitan (recuerdo el poema Los Bárbaros de Konstantino Kavafis, aleccionador). Y por ello destaco la firme reacción del Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, además de resaltar el hecho de que, siquiera en esto, nuestros países están actuando, felizmente, con un nivel importante de coordinación.
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