Andrés Oppenheimer, periodista cuyo análisis me parece casi permanentemente un diagnóstico digitado por lo que Ignacio Ramonet denomina el "pensamiento único" ha publicado un artículo en el que informa que Alejandro Foxley le comunicó "la reciente decisión chilena de crear un fondo de $6 mil millones para enviar a 6,500 estudiantes chilenos por año al exterior para cursar estudios de posgrado en universidades estadounidenses, europeas y australianas". Gratamente, coincido en cuanto a conclusiones con dicho autor:
"Primero, es maravilloso que Chile use su superávit de exportaciones para financiar la educación y la innovación, porque esa es la mejor manera de convertirse en un país del Primer Mundo. En segundo lugar, me parece fantástico que se concentren en la Ingeniería, la Ciencia y la Tecnología, porque esas son las carreras que, tal como lo han demostrado China e India, contribuyen más a que un país pueda producir bienes de mayor valor agregado. En tercer lugar, es una excelente idea que el fondo sea depositado en el exterior, lejos de las tubulencias económicas y políticas internas".
El Perú, en el aspecto educativo sigue, lamentablemente, muy, pero muy atrasado.
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