Ganó Barack Obama y es hoy el primer presidente negro de ese país y, en vista de que está de moda otra vez el racismo y hasta su superación como tara humana (el diario La Prensa de Bolivia, irónicamente, tiene como editorial principal en su edición de hoy que Obama rompe supremacía blanca y es el nuevo presidente de EEUU, como si en ese mismo país no se estuviera viviendo un proceso similar con el Presidente Evo Morales), los medios en el Perú empiezan a abordarlo. El Comercio ha publicado hoy un artículo titulado Racista ¿yo?. En él se dan resultados de alguna encuesta realizada por la Universidad de Lima y se tiene, por ejemplo, que el 75,6% de los peruanos creen que los peruanos (como si fueran otros) son racistas, mientras que cuando la pregunta es si uno mismo se condiera racista, el 89,9% responde que no. Una contradicción flagrante que busca ajenizar la responsabilidad y que, en realidad, mantiene el patrón del racismo peruano: su naturaleza encubierta. Un dato francamente alentador es que entre los menores de 27 años, el racismo es catalogado como el peor problema del Perú en un 5,8%, porcentaje que resulta destacable si se lo compara con otro grupo etáreo que va desde los 28 hasta los 70 años. Como lo creía González Prada, quizá es hora de que la juventud resuelva los problemas que los adultos no pudimos o no quisimos afrontar.
Por último, llama la atención el que se hayan impuesto multas importantes (mayores a S/. 100 000,00) por prácticas racistas a diferentes discotecas. La pregunta que debiera responderse es si esas multas se pagaron o, como suele suceder en nuestro país, solamente engrosan los anaqueles de las cuentas por cobrar.
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