Estos son los resultado de la última encuesta, desarrollada, felizmente, a nivel de Lima Metropolitana (esta ciudad virreynal) y que van mostrando algo que me temía profundamente: la alta probabilidad de que la dinastía Fujimori se haga realidad. Espero que, el resto del país, asuma ponderada y responsablemente esta situación y que su rol sea el que permita no premiar a esos grupos.
Increíble, pues ya aparece como una suerte de resignada espera el que la señora Fujimori nos gobierne, sin importar la serie de cuestionamientos que pesan sobre su padre e, incluso, sobre ella misma. Como decía Francisco Miró Quesada Rada, quizá la política es nuestro propio reflejo como sociedad. Estas malas noticias es mejor asumirlas en la pluma de algún humorista y en este caso, Heduardo recoge esto de la manera precisa como acostumbra.
¡Qué país, realmente! Y pensar que tanta gente se rasga las vestiduras en nombre de la moralidad y la transparencia. Todo esto recuerda aquellos tiempos de "Honradez, tecnología y trabajo. ¡Qué país!
Pero no sé, en realidad, si es el país como tal o es el Perú como lo pensaba Abraham Valdelomar, es decir, Lima.
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