lunes, 20 de abril de 2009

¿El miedo a la felicidad?

Reproduzco un hermoso y breve texto de Gonzalo Portocarrero:

"Has dormido con ella, el amor de tu vida. Pero ella se fue y tu no sabes lo que pasó mientras estuvieron juntos. Ahora estás despierto, cruelmente lúcido, pero igual no puedes recordar. Puede que hayas sido un amante torpe. Entonces, tu olvido es piadoso y te protege de eso que no puedes dejar de sospechar. Pero podría ser que hayas disfrutado de manera que tu olvido es mezquino pues significa que te aferras a una dolida imagen de perdedor y rechazado. O, quien sabe, de combatiente furioso que quiere más. También puede ser que solo haya habido proximidad y ternura. En todo caso, lo que no puedes imaginar es un cuadro de distancia y frialdad.

"Para salir de la duda deberías preguntarle, pero no te atreves. Y, dentro tuyo, una voz resuena y te dice ¿por qué no te acuerdas de lo que sucedió apenas ayer? ¿Por qué tu primera corazonada apunta siempre a lo peor? Y cuanto más lo piensas crees que estas preguntas tienen una y la misma respuesta: tu amor por lo trágico. Tu goce por el desgarramiento. Tu gusto por preservar una tensión dolorosa. Como si la peor situación siempre fuera siempre [sic] tu fatal compañera, tu amante favorita. Huyes de la felicidad, hasta de aquella que ya has vivido".

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