lunes, 16 de marzo de 2009

El debate en la izquierda continúa

Creo que este momento es un buen momento de reflexión para la izquierda peruana. Se está escribiendo sobre el particular con alguna frecuencia y con un sentido crítico, eso es lo más destacable.

Antonio Zapata publicó un artículo titulado Izquierdas y autonomía, en el que da una mirada bastante interesante de los retos que enfrenta la izquierda peruana si quiere volver al protagonismo político. "El punto de partida de la política es saber a quién se representa. Las izquierdas han perdido esa cualidad debido a las incomprendidas transformaciones sociales del país. Mientras seguían reflexionando desde el proletariado, éste había perdido consistencia y predominaban los marginales. En un universo de productores individuales, las clases se disolvieron como categoría. Como consecuencia, las izquierdas extraviaron la brújula y no entendieron al país post ochenta". Frente a ese problema, Zapata nos dice que "no se han explorado otras opciones. Por ejemplo, ir detrás de los viejos principios con candidatos jóvenes que hablen el lenguaje de hoy. El socialismo no ha muerto. Se han agudizado las antiguas contradicciones del capitalismo que lo hicieron nacer. En todo el mundo reaparece la lucha por la igualdad".

Por su parte, Martín Tanaka, en su Debate sobre la izquierda y el capitalismo, hace un recuento del debate que se estuvo dando en los últimos días: "Si bien el debate en el que han participado principalmente Tafur y Adrianzén ha sido muy interesante, creo que por momentos se cae en una suerte de falacia retórica, según la cual, primero, se crea un muñeco de paja para atacar al adversario (de un lado tenemos neoliberales antiestatistas que favorecen egoístas intereses privados, y del otro estatistas populistas demostradamente ineficientes); y segundo, se define la propia posición como prístina, incontaminada por la historia (así, ni el socialismo ni el liberalismo 'verdaderos' tendrían nada que ver con los socialismos o liberalismos 'realmente existentes'". A partir de este razonamiento, Tanaka concluye que "tanto el liberalismo como el socialismo tienen que hacerse responsables por las perversiones que han engendrado, aunque fuera sin proponérselo. En otras palabras, no es tan raro que el liberalismo degenere en corrupción privada, ni que el socialismo degenere en autoritarismo e ineficiencia, si es que no se hacen esfuerzos explícitos para evitarlo".

En Estados Unidos, el debate también está presente. Así, Immanuel Wallerstein, en un artículo titulado Enseñanzas de Brasil, ha escrito que el mundo estaría enfrentando dos situaciones distintas pero que requieren de estrategias diferentes pero combinadas:

"La primera ocasión es el corto plazo. El mundo se encuentra en una profunda depresión, que únicamente habrá de empeorar, por lo menos en el próximo o en los próximos dos años. El corto plazo inmediato es lo que le concierne a la mayoría de la gente que enfrenta el desempleo, un ingreso seriamente disminuido y en muchos casos el no contar con un lugar donde vivir. Si los movimientos de izquierda no cuentan con un plan para este corto plazo, no pueden conectarse en ningún modo significativo con la mayoría de la gente.
La segunda ocasión es la crisis estructural del capitalismo como sistema-mundo, que encara, en mi opinión, su defunción cierta en los próximos 20 o 40 años. Éste es el mediano plazo. Si la izquierda no cuenta con un plan para este mediano plazo, lo que remplace al capitalismo como sistema-mundo será algo peor, probablemente mucho peor que el terrible sistema en el que hemos vivido durante los cinco siglos previos".

Frente a este panorama, el reto de la izquierda es minimizar el dolor de la gente en el corto plazo y construir una alternativa al sistema-mundo capitalista en el mediano plazo. Dicho en sus términos:

"¿Qué nos queda hacer? Promover una claridad intelectual acerca de la opción fundamental. Luego organizarnos en miles de niveles y miles de modos para impulsar las cosas en la dirección correcta. El punto primordial es impulsar una desmercantilización de todo lo que podamos desmercantilizar. Lo segundo es experimentar con todos los tipos de nuevas estructuras que hagan más sentido en términos de justicia global y sanidad ecológica. Y la tercera cosa que debemos hacer es alentar un optimismo sobrio. Estamos muy lejos de tener la certeza de una victoria. Pero es posible.
Así que, resumiendo, trabajar en el corto plazo en minimizar el dolor, y en el mediano plazo en garantizar que emerja un nuevo sistema que sea mejor, no peor. Pero esto último tiene que hacerse sin triunfalismo y sabiendo que la lucha será tremendamente difícil".

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