Ayer César Hildebrandt publicó en La Primera un artículo preciso y crítico del genocidio que se está cometiendo en Oriente Próximo. Y el silencio del Primer Mundo es impresionante.
"Hay 21 niños entre los cientos de muertos palestinos caídos por la ofensiva de estirpe nazi que el estado de Israel, creado para reivindicar a las víctimas del nazismo, ha decidido perpetrar en contra de Hamas. Veintiún niños muertos y 235 niños heridos. Son los daños colaterales de esto que la prensa internacional llama “guerra”.
"Cuando Hamas ha dado alguna muestra de tolerancia, Israel ha soltado las alarmas. Y, de inmediato, ha reiniciado y hasta redoblado el bloqueo inhumano del más grande gueto de la historia (más grande que el de Varsovia): la franja de Gaza.
"Negándole todo al enemigo, arrinconándolo y humillándolo, Israel logró, por enésima vez, que los idiotas cohetes “Katiushka” del extremismo de Hamas cruzaran la frontera y amenazaran a ciertas aldeas. El porcentaje de eficacia de estos artilugios que se arman en garajes y cocinas es, felizmente, menor al 1 por 1000. Imagínense lo que estaría haciendo el ejército israelí en Gaza si ese porcentaje mejorara.
"Pero si esto es así, entonces el próximo objetivo será Irán. Y si Israel –el pueblo elegido- logra sus objetivos en Irán, estaremos asistiendo al nacimiento larvado de la tercera guerra mundial y de un terrorismo –más “ideológico” y “místico” que nunca- que hará que lo de las torres gemelas parezca un juego de play station.
"Entonces, el Armagedón estará próximo".
Destaco este artículo, pues es sumamente importante que los periodistas y líderes de opinión llamen a las cosas por su nombre y no utilizando eufemismos que, de tan cínicos, resultan francamente patéticos.
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