Nuestra sociedad tiene como uno de los pilares económicos fundamentales a la libre competencia, que, cuando se da de manera real, genera beneficios para los consumidores. Un caso que me ha mostrado el funcionamiento de este principio económico en la realidad, aunque de manera tardía (lo que me hace pensar que la mano invisble requiere, de todas maneras, de algún acicate), es la inclusión en la atención de consultas por parte de las empresas de telefonía móvil (Telefónica y Claro) en dos idiomas constitucionalmente reconocidos pero no tomados en cuenta por el statu quo, como son el kechua y el aymara.
No interesa, en este caso, si ambas empresas lo hacen atendiendo exclusivamente a su búsqueda de lucro. Interesa sí que, por fin, las poblaciones y personas kechua y aymara hablantes ahora cuentan con esos servicios en su idioma..
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