Creo que no puede negarse que las religiones y las grandes utopías han sido la base de terribles crímenes contra la humanidad. Uno de los ejemplos que viene al caso citar es el del horror vivido en Camboya en el re´gimen instaurado por los Jemeres Rojos. Un sobreviviente de aquel horror cuenta algunas de sus vivencias. Transcribo la breve nota publicada en El País de España:
Más de 14.000 personas murieron en la cárcel S-21 de los Jemeres Rojos en Camboya entre 1975 y 1979. Fue el principal centro de detención y torturas de ese gobierno de horror cuya política causó la muerte de casi 2 millones de camboyanos. El artista Vann Nath, de 63 años, es uno de sus siete supervivientes. Se salvó porque le salían bien los retratos del dirigente Pol Pot. "Sobreviví porque Duch se sentía bien cuando venía a mi taller. Pensé que si hacía buenos dibujos y se quedaban satisfechos estarían contentos y yo sobreviviría", ha declarado este lunes ante el tribunal camboyano auspiciado por la ONU que juzga a Duch, director de la S-21, cuyo verdadero nombre es Kaing Guek Eav.
Duch está acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad por la muerte de más de 14.000 hombres, mujeres y niños que fueron torturados en la S-21 y luego deportados para ser ejecutados en los alrededores de Phnom Penh. El primer testigo ha recordado entre lágrimas las palizas, descargas eléctricas y el hambre que sufrió en los dos años que pasó detenido, de 1977 a 1979.
"Teníamos tanta hambre que comíamos insectos y éramos golpeados por los guardias. Comíamos al lado de cadáveres, pero no nos importaba porque éramos como animales", ha relatado Vann Nath que ha pintado muchos cuadros que tienen como objeto los métodos de tortura de los Jemeres Rojos, como el arranque de las uñas de las manos y los ahogamientos simulados.
Dado que en Camboya no existe la pena de muerte, la condena máxima para Duch sería la cadena perpetua en caso de que le considere culpable el tribunal conjunto de la ONU y Camboya. El imputado ya se ha declarado responsable de los crímenes aunque sostiene que sólo cumplió con las órdenes del régimen. Durante los próximos dos años, otros cuatro altos cargos del gobierno de Pol Pot se enfrentarán a juicios parecidos.
Duch está acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad por la muerte de más de 14.000 hombres, mujeres y niños que fueron torturados en la S-21 y luego deportados para ser ejecutados en los alrededores de Phnom Penh. El primer testigo ha recordado entre lágrimas las palizas, descargas eléctricas y el hambre que sufrió en los dos años que pasó detenido, de 1977 a 1979.
"Teníamos tanta hambre que comíamos insectos y éramos golpeados por los guardias. Comíamos al lado de cadáveres, pero no nos importaba porque éramos como animales", ha relatado Vann Nath que ha pintado muchos cuadros que tienen como objeto los métodos de tortura de los Jemeres Rojos, como el arranque de las uñas de las manos y los ahogamientos simulados.
Dado que en Camboya no existe la pena de muerte, la condena máxima para Duch sería la cadena perpetua en caso de que le considere culpable el tribunal conjunto de la ONU y Camboya. El imputado ya se ha declarado responsable de los crímenes aunque sostiene que sólo cumplió con las órdenes del régimen. Durante los próximos dos años, otros cuatro altos cargos del gobierno de Pol Pot se enfrentarán a juicios parecidos.
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