lunes, 22 de junio de 2009

El indigenismo cusqueño

Gracias a mi padre, conocí el artículo Las letras que forjaron el indigenismo cusqueño, de Manuel Valladares Quijano. En él se describe el desarrollo de la movida intelectual de las primeras décadas del siglo XX en el Cusco, especialmente a partir de las revistas Kosko, Kuntur y La Sierra, la primera y segunda, editadas en el Cusco, y la última, editada por cusqueños en la ciudad de Lima.
El autor señala que "en el siglo XIX nace el interés en diversos lugares del país y en particular en el Cusco por coleccionar 'antiguallas peruanas' (cerámica, orfebrería, textilería, objetos de piedra, keros, etc.): aparecen coleccionistas de antigüedades prehispánicas y habitualmente se trata de personalidades distinguidas de la localidad" (p. 40); es decir, se da una suerte de renacimiento del interés por lo prehispánico. Luego, establece una serie de etapas en el desarrollo de los movimientos intelectuales del Cusco, destacando la importancia de "la generación partícipe de la expansión nacional del indigenismo cusqueño (entre 1920 y la crisis de los años 30)", la misma que "trascendió los límites locales y regionales, motivando la difusión y debate de sus ideas en el plano nacional", cuyo punto de partida fue el Congreso Nacional de la Federación de Estudiantes que se desarrolló en la ciudad imperial en marzo de 1920 (p. 41).
Citando a Luis Nieto, Valladares establece que fue, recién en 1924, "con la aparición de la revista Kosko, que la eclosión intelectual llega a su clímax en el Cuzco y los poetas, los escritores, los estudiantes empiezan a procurar una ubicación fente a los acontecimientos que se suceden en el país y en el mundo [...] Pero, es, repetimos, con Kosko que el valor candente y fustigador de los intelectuales cobra contornos implacables" (p. 42). Este comentario del poeta cusqueño me conmueve profundamente, pues se trata de la revista que fundó y que era de propiedad de mi abuelo, el pato Roberto Latorre Medina, al que Valladares describe como "un personaje original, bohemio y contestatario" y del que cita algunos párrafos de un artículo suyo, titulado "Vínculo andino", publicado en la Revista Kosko Nº 27, enero de 1925:
"Los que somos amamantados por el agua fresca de los nevados de la cordillera andina, estamos unidos por un vínculo fuerte, inquebrantable: el vínculo étnico. Aunemos a ello el vínculo espiritual, comulguemos el mismo ideal", concluyendo que "Cuando la familia andina se unifique, no habrá poder que se oponga a la consecución de sus anhelos [...]" (p. 46).
Sobre la historia de la revista Kosko y su trascendencia José Tamayo Herrera ha escrito un libro que, pronto, comentaré: "El Cusco del Oncenio. Un ensayo de historia regional a través de la fuente de la revista 'Kosko'".
Luego, Valladares comenta la Revista Kuntur, fundada por el grupo Ande, la misma que solo tuvo dos números y que constituye "un capítulo importante aunque breve de la historia de los movimientos intelectuales en las provincias del Perú, particularmente en el Cusco, en las primeras décadas del siglo XX" (p. 54).
Finalmente, Valladares hace un balance de la revista La Sierra, fundada y dirigida por Juan Guillermo Guevara. Esta revista tuvo circulación nacional e internacional. Me llamó la atención un párrafo de un texto que cita de Guevara: "Decíamos que América no tiene personalidad ... el mestizo indolatino en su afán de sentirse blanco y no cobrizo, procuró despojarse de toda raigambre que acusara su procedencia indígena. De allí que el mestizo es fundamentalmente heterogéneo al espíritu indígena. Hoy existe el anhelo de hallar el alma auténtica y propia" (p. 56).
Me queda claro que los intelectuales de aquella época tuvieron un espíritu beligerante y de gran vehemencia en su búsqueda de un camino propio que lindó con un antilimeñismo, que no es otra cosa que la resistencia al avance de la cultura criolla en nuestro medio. Esa batalla, cuando vemos lo que sucede hoy, parece, al menos en lo comercial, haberse perdido en el Cusco, que hoy es casi patrimonio de limeños y extranjeros. Hemos perdido, como región, la rebeldía, hemos cesado nuestra búsqueda de volver a vivir la grandeza de un tiempo antiguo, asumiendo que basta ese pasado fabuloso, cuando lo realmente importante es el presente y también el futuro.

2 comentarios:

Amazilia Alba dijo...

Muy bueno el aporte, excepto el final, que pasado glorioso ni ocho cuartos, lo que importa es el futuro...
Seria bueno reunir estos escritos en un blog o alguna forma de e-media como "50 obras que todo cusqueno debe leer" o algo asi, a mi me intriga la obra de Uriel Garcia, si alguien lo tiene y lo pudiera subir a Scribd.
Saludos

Anónimo dijo...

Jajajaja, gracias, a pesar del "ni ocho cuartos". Bueno, yo quisiera lograr escanear todos los números de la Revista Kosko. Veremos si es posible o no.