viernes, 27 de febrero de 2009
Ayahuasca o el camino hacia uno mismo
El canto religioso kechua
Ambos vídeos fueron colgados, en la versión que la encontré, por Angel Romero Pacheco. El Hanaq Pacha Kusikuynin está interpretado por Expresión, un grupo muy interesante que surgió en el Cusco. El Apu Yaya Jesucristo está interpretado por las Chayñas de la Catedral en el Cusco.
miércoles, 25 de febrero de 2009
¿Reconocimiento de la justicia andina?

viernes, 13 de febrero de 2009
La belleza que emerge del dolor
Es increíble como un hecho tan doloroso como la muerte de un hijo puede derivar en la composición de una pieza de arte de tanta belleza. De Eric Clapton recordaba, además de la calidad de su guitarra, que su hijo había muerto y que él había compuesto una canción frente a ese suceso. Sin embargo, su biografía es una rica historia que inició su complejo tránsito desde el mismo día en que fue concebido y, luego, parido. Su abuela y su nuevo cónyuge asumieron el rol de padres, hasta que a los 9 años se enteró de la verdad y entonces le cambió la vida. Sus excesos y adicciones, son reflejo, seguramente, de ese camino accidentado, para el cual encontró en el nacimiento de su hijo Conor una breve tregua que terminó cuando el pequeño solo tenía 4 años, edad a la que, en una confusa situación, cayó desde el piso 45 o 53 de un edificio y regresó al cielo en el que Eric Clapton no puede estar. Años después, él mismo dijo que no podía seguir interpretando las canciones que había escrito para su hijo desaparecido, porque había logrado volver a ser feliz. Por ese tiempo, se había vuelto a casar y tiene tres hijas.
Claro, el tiempo lo ha derribado más de una vez, le ha hecho ponerse de rodillas y le ha suplicar, pero, a pesar de todo, ha encontrado su camino.
jueves, 12 de febrero de 2009
Vargas Llosa y la civilización del espectáculo


Anticlericalismo

Los señores cardenales y los señores obispos, incluyendo obviamente al papa que los gobierna, no están nada tranquilos. Pese a vivir como parásitos de la sociedad civil, las cuentas no les salen. Ante el lento aunque implacable hundimiento de este Titanicque es la iglesia católica, el papa y sus acólitos, nostálgicos del tiempo en que imperaban, en criminal complicidad, el trono y el altar, recurren ahora a todos los medios, incluyendo el chantaje moral, para inmiscuirse en la gobernación de los países, en especial aquellos que, por razones históricas y sociales, todavía no han osado cortar las amarras que sieguen atándolos a la institución vaticana. Me entristece ese temor (¿religioso?) que parece paralizar al gobierno español siempre que tiene que enfrentarse no sólo a enviados papales, sino también a los “papas” domésticos. Y digo todavía más: como persona, como intelectual, como ciudadano, me ofende la displicencia con que el papa y su gente trata al gobierno de Rodríguez Zapatero, ese que el pueblo español eligió con entera conciencia. Por lo visto, parece que alguien tendrá que tirarle un zapato a uno de esos cardenales". No le quito ni le agrego una palabra.
lunes, 9 de febrero de 2009
Cusco en Bagdad
domingo, 8 de febrero de 2009
Trova y recuerdo en el Cusco

viernes, 6 de febrero de 2009
Dos relatos de Hermann Hesse
martes, 3 de febrero de 2009
¿Pagarías más por transportarte en una combi?
lunes, 2 de febrero de 2009
Vesania bifurcada
ahora que buscaba,
a tientas,
un lugar donde reposar.
Estoy exhausto.
Quiero huir, salvarme,
temo que sea el fin del mundo.
No es vesania, no…
¿Y mi nido?
¿Lo olvido?
“Vuela, vuela”, dicta una melodiosa voz.
Muy fácil para ser real, pienso.
Alas que me ofrecen vuelo,
un espejo que me devuelve una sonrisa.
¿No será un espejismo, más bien?
El camino recorrido es extenso,
la mochila que sostienen mis hombros adoloridos pesa más;
hace tiempo temía el devenir de este tiempo entonces futuro,
hoy lo vivo, lo amo, lo sufro
—salvaje bestia enjaulada—.
Alas que me ofrecen vuelo y olvido,
el espejo me refleja,
ahí estoy yo, menos triste, mejor, hermoso.
Insisto, ¿no será un espejismo, nada más?
A tientas camino, ciego;
no es vesania, no…
Es dolor y esperanza,
es quebranto y amor,
también cansancio, claro está.
Y buscaba, por ello, una posada,
un refugio desde el cual implorar por mi nido
—protegedlo, oh, tú, poderoso—,
pues la voz del corazón
me indica que atravesamos tinieblas,
y la tierra tiembla bajo mis pies
y yo no quiero huir;
temo, sin embargo, el fatídico devenir.
Derik Latorre Boza
Lima, enero de 2009