La BBC publicó un artículo muy interesante, bajo el título de El talento es su arma, en el que afirma que "A diferencia de cualquier otro país en vías de desarrollo, India está utilizando el talento, en lugar de ofrecer mano de obra barata o sus recursos naturales, para ingresar a la liga de las naciones tecnológicamente avanzadas" (resaltado mío).
En voz de una de las entrevistadas, "Los estudiantes de matemáticas y ciencias miran por encima del hombro a los de humanidades". Ya esto lo destacaba, en su libro Cuento Chinos, Andrés Openheimer, en el que da cuenta de que los países que están creciendo más (China e India) han dado prioridad a las carreras profesionales científicas y de ingeniería. (En el Perú, seguimos con la fiebre del doctoreo y la prioridad de carreras profesionales como las de la abogacía)
Lo que impresiona es el nivel de inmersión de estudiantes y profesionales indios en el mundo. Así, "casi el 25% de los estudiantes en universidades de Estados Unidos provienen de India" y "el12% de los científicos y 38% de médicos en los Estados Unidos son de India. Y también el 36% de los científicos de la NASA, según indicó ante el parlamento D Purandeshwari, ministra de Desarrollo de Recursos Humanos de India en marzo pasado".
Y destaco más conclusiones: "mientras los estudiantes estadounidenses juegan fútbol, van a fiestas y trabajan media jornada, los estudiantes de India estudian" y mientras "los jóvenes indios van a clase a la siete de la mañana para tener lecciones con su maestro, los estudiantes estadounidenses se reúnen en casa de un amigo para preparar su examen al frente del televisor". Todo esto me recuerda nuestro propio país, en el que, cada día es más difícil lograr que haya un estudiante a tiempo completo.
Francamente, es un derrotero como el indio el que debiera seguirse, aunque en países como el nuestro —en el que el prototipo cultural es el estadounidense yas secuelas de ello para la periferie— parece que persistimos en lograr la riqueza de la manera más simple y fácil: actividades extractivas sin generar mayor valor agregado para nuestra patria. Es más, las políticas de investigación y desarrollo son casi inexistentes. ¿Podremos aún insertarnos en esta dinámica cuando nuestra educación pública está entre las peores del continente? Cada día que pasa es un día menos para subirnos al cohce de la historia.
En voz de una de las entrevistadas, "Los estudiantes de matemáticas y ciencias miran por encima del hombro a los de humanidades". Ya esto lo destacaba, en su libro Cuento Chinos, Andrés Openheimer, en el que da cuenta de que los países que están creciendo más (China e India) han dado prioridad a las carreras profesionales científicas y de ingeniería. (En el Perú, seguimos con la fiebre del doctoreo y la prioridad de carreras profesionales como las de la abogacía)
Lo que impresiona es el nivel de inmersión de estudiantes y profesionales indios en el mundo. Así, "casi el 25% de los estudiantes en universidades de Estados Unidos provienen de India" y "el12% de los científicos y 38% de médicos en los Estados Unidos son de India. Y también el 36% de los científicos de la NASA, según indicó ante el parlamento D Purandeshwari, ministra de Desarrollo de Recursos Humanos de India en marzo pasado".
Y destaco más conclusiones: "mientras los estudiantes estadounidenses juegan fútbol, van a fiestas y trabajan media jornada, los estudiantes de India estudian" y mientras "los jóvenes indios van a clase a la siete de la mañana para tener lecciones con su maestro, los estudiantes estadounidenses se reúnen en casa de un amigo para preparar su examen al frente del televisor". Todo esto me recuerda nuestro propio país, en el que, cada día es más difícil lograr que haya un estudiante a tiempo completo.
Francamente, es un derrotero como el indio el que debiera seguirse, aunque en países como el nuestro —en el que el prototipo cultural es el estadounidense yas secuelas de ello para la periferie— parece que persistimos en lograr la riqueza de la manera más simple y fácil: actividades extractivas sin generar mayor valor agregado para nuestra patria. Es más, las políticas de investigación y desarrollo son casi inexistentes. ¿Podremos aún insertarnos en esta dinámica cuando nuestra educación pública está entre las peores del continente? Cada día que pasa es un día menos para subirnos al cohce de la historia.
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