lunes, 24 de noviembre de 2008

La canción andina

Gracias a un post de Amazilia Alba, he podido conocer al artista ocabambino Porfirio Ayvar, en quien puedo ver la misma preocupación por atender la demanda que antes empezaron a satisfacer diversos artistas andinos como el Duo Gaitán Castro, Alborada, Uchpa, por solamente citar algunos: la modernización de la canción andina e, incluso, su urbanización, si se quiere apostar a futuro. Esto llegó a su máxima expresión con la banda Uchpa que, además, empezó tocando en el denominado "circuito vernacular" donde, a pesar de tratarse de un público plural generacionalmente hablando, recibió buena acogida. Y en el caso del público que se aprecia en los videos de Porfirio Ayvar colgados en ese post, se puede notar también que, aunque esencialmente juvenil, hay también personas que ya no podrían, aunque se extienda la cuerda en demasía, ser consideradas jóvenes, cronológicamente al menos. Y eso es algo bastante llamativo, al menos en sectores urbanos más occidentalizados en los que la división generacional se presenta de manera algo más marcada.
Por otro lado, Amazilia escribe que a ella no le gusta mucho el huayno misti [sic] "por su temática de amores contrariados y tristes" y esta afirmación me da pie para hablar de algo que siempre me ha perseguido. Aprecio la literatura y dentro de ella la poesía. La poesía es diversa, pudiendo darse versiones poéticas abstractas en su construcción metafórica (como César Vallejo entre nosotros, o Tomas Eliot) o versiones "más sencillas" y directas (como Pablo Neruda o Gustavo Adolfo Becquer). Lo que destaco de ese quehacer artístico es su inefable logro en la construcción de la belleza, independientemente de la forma. Cito algunos versos para tratar de ilustrar lo que digo:
"Amada, en esta noche tú te has crucificado
sobre los dos maderos curvados de mi beso;
y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado,
y que hay un viernes santo más dulce que ese beso".
(César Vallejo)
"Yo observo: «¡Nuestra amiga sentimental, la luna!
O quizás (es fantástico, confieso)
puede ser el globo del Preste Juan
o una vieja y abollada linterna colgada en lo alto
para alumbrar a los pobres viajeros en su angustia».
Y ella entonces: «¡Cómo divagas!»".
(Thomas Eliot)

"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos".
(Pablo Neruda)
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor".
(Gustavo Adolfo Bécquer)
Simplemente, con esta cita arbitraria de versos de estos poetas, quiero mostrar que la belleza no tiene una única forma de expresión. Y el amor ha sido uno de los temas más recurrentes en las artes en general, lo que no le quita por sí mismo nada.
Sin embargo, en el caso de la canción andina y, con especial énfasis en el huayno, se da también una profunda variedad, dentro de la cual el tema amoroso y la tristeza y melancolía han sido el monotema, especialmente en esa vertiente más comercial a la que asociaría con mayor propiedad el uso del término "vernacular", en la que, al igual que en cualquier versión comercial del arte, importa más el marketing del producto más que su calidad; en esos huaynos, por ejemplo, se han trabajado con gran simpleza las letras, prácticamente a un muy básico nivel:
"Qué lindos son tus ojos
Qué dulces son tus labios
Hermoso chico eres tú
De lindos ojitos negros".
(Dina Páucar)
"Quien no para en las cantinas
tomando una cervecita
quien no vive una decepcion
quien no llora por un amor".
(Sonia Morales)
La crítica oficial del arte, especialmente limeña y criolla, equiparan música andina con estas expresiones vernaculares. Eso es totalmente errado, pues frente a ello, tenemos otras variantes del huayno:
"Yo no soy la piedra dura, que con el cincel se labra,
ni soy como el acero, que se funde con la fragua.
Yo soy el agua de puna, que labra la cordillera,
y cuando hay avenida, abre surcos donde quiera".
(Duo Arguedas)
"Lloraré en silencio, negra,
hecho pedazos, mi amor herido,
al leer tu última carta,
donde me dices ya no te quiero.
La culpa yo no la tengo,
si el quererte fue un delito [...]"
(Sonia Yasmina, intérprete)
Siempre he creído que la canción es el resultado de la combinación de música y poesía y, por ello, me parece muy importante el que se trabaje mucho las letras de una canción. Creo que la actualización de la canción andina implica un trabajo más profundo a nivel de las letras, en kechua o en castellano, un acercamiento más artístico, independientemente del tema que es adjetivo. Esto no puede pasarse por alto. Y en este aspecto, la música ayacuchana ha mejorado muchísimo también. Y estas letras no pueden persistir excluxivamente en ambientes bucólicos que no describen un Perú más bien mayoritariamente urbano.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Recuerdos de un hombre triste

El hombre triste está caminando en Polvos Azules, de compras, con su mujer, sus hijos y su madre. El tiempo endurece el alma o la liquida. Él camina ahora con paso firme y recuerda el tiempo en que miraba a su padre como un dios, con la seguridad que le proporcionaba su voz, con la alegría que le brindaba en cada aventura que lo acompañaba; esa era la vida de héroe que quería vivir, en el campo, lejos de la ciudad, escuchando el ruido del agua corriente de los ríos, el sonido del silencio en la madrugada.

Hoy está él, el hombre triste, caminando con la firmeza —aquella que lo sostiene a pesar de las grietas y de los alaridos— que quizá un día sus hijos recuerden y utilicen como huellas. Pensaba en ello cuando se encontró con un amigo de la adolescencia, un artista que consiguió un premio de arte a nivel nacional, con un óleo que repensaba el lunes santo cusqueño, al pie del Taytacha de los Temblores, ese rito que trasciende largamente el estrecho catolicismo y que no disfruta desde muchos años atrás. Intercambiaron números telefónicos y correos electrónicos para poderse encontrar otra vez. Antes de despedirse él soltó aquella bomba: ¿te acuerdas de SG?, preguntó. Sí lo recordaba, claro está. SG había estudiado dos años en la Facultad de Arte de su Universidad y luego abandonó los estudios. Esto último no lo sabía. Sucede que aquel amigo estuvo trabajando en diversos proyectos sociales, confirmando de ese modo el destino de éxito que desde su adolescencia atisbó, hasta que una misteriosa picadura de algún mosquito o bicho lo llevó de emergencia a un hospital en el que fue víctima de una mala práctica médica que lo dejó casi dos años en estado vegetal. Y aquela tragedia concluyó con su deceso hace poco tiempo.

Volvieron entonces las imágenes de un tiempo antiguo, difícil y complejo pero era el principio del camino. Estaba, con el afán tristón de siempre, deambulando en el parque de la urbanización en la que vivía. La había conocido a ella, tres años mayor, ya no recuerda cuándo, pero se enamoró perdidamente de sus cabellos largos y castaños, del diente montado en la encía que la hacía dueña de una imperfecta divinidad, de su permanente vestir de modelo. Nunca se lo dijo, nunca excepto aquella noche de borrachera desbordada en que se ahogó en la triste melodía de su locura y selló las puertas cerradas del corazón de su diosa. Y aquella diosa sucumbió justamente a las palabras y al arte de SG —quien, por la seguridad que destilaba y ese poderoso imán que escondía para las mujeres, le recordó a su padre—, él doblegó sus defensas y la estrechó fuertemente por la cintura, susurrándole palabras quizá más hermosas, pero nunca aquellas que Añadir vídeoél soñó en recitarle. Le habló de amaneceres juntos, contemplando cada estrella, cada destello en su mirada; pero estaba seguro, ahora que recordaba, que jamás pudo haberle dicho que contemplaría su corazón palpitante, como se lo pudo ofrecer él, hombre triste, al calor de una fogata, en una noche fría, lejos de la ciudad, en un paraje solitario, a la vera del río de siempre, sin luces y sin cemento, pero sí con luciérnagas y aire frío. Habrían quizá saltado por encima del fuego, jugando habrían hecho el amor, crepitando con cada rama que se hacía brasa, muriéndose de amor en cada embestida. Pero nada de eso fue y sí en cambió abdicó a dios.

Y todo, en ese capítulo de su vida, fue un vano esperar que se agotó con el tiempo y que hoy volvió al recuerdo con la muerte de quien logró todo aquello que él construyó solo en los anhelos.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Guitarra ayacuchana: río claro, río turbio

La música ayacuchana es una de las expresiones más logradas dentro de lo que, gruesamente, podría llamarse "música peruana". Entre los nombres que se me vienen a la memoria están Bertha Barbarán, el Duo Arguedas (con canciones de calidad excepcional), Martina Portocarrero, los propios Gaitán Castro (en su época inicial, fundamentalmente). Y podría seguir la lista. Sin embargo, creo que la guitarra ayacuchana tiene sus dos mayores exponentes en Raúl García Zárate y en Manuelcha Prado.

A este último, en una entrevista en homenaje a García Zárate, le preguntaron cómo definía el arte de García Zárate y este respondió que veía en él un río que descendía desde los Andes, límpido y transparante. El periodista le retrucó de inmediato cómo definía su propio arte. Manuelcha Prado siguió utilizando la misma metáfora, solamente que dijo que en ese caso se trataba de un río turbio y cargado por las lluvias, casi un huayco.

Nunca he escuchado ni leído una mejor definición del arte de estos dos grandes artistas.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Una mirada reflexiva de la elección de Barack Obama

La reciente victoria electoral de Obama en EEUU ha sido motivo de expectativa y comentarios en todo el mundo. Y el color de su piel le ha dado un matiz importante a estas elecciones. Así, Evo Morales, Presidente de Bolivia ha manifestado que "Yo creo que el mundo ha empezado a cambiar. En Bolivia me llaman el indio presidente y en Estados Unidos ya hay un negro presidente".

Pero creo que es importante que se de una mirada más profunda a este tema. De ese modo, Immanuel Wallerstein ha escrito que "En Estados Unidos, como en Sudáfrica [de 1994, cuando fue elegido Nelson Mandela], ocurrió el amanecer de un nuevo día. Aun cuando sea un día imperfecto, es un mejor día que antes. Los afroestadunidenses, pero también los hispanos y la gente joven en general, votó por Obama en aras de la esperanza –esperanza difusa, pero real". Ese artículo me parece ciertamente indispensable de leer.

Perú 21 y una muestra más de la dictadura mediática

Augusto Álvarez Rodrich, ex Director de Perú 21, renunció a su cargo (por presiones al interior del grupo editorial al que pertenece ese diario, de acuerdo a lo que informaron diversos medios).
Sobre el particular, se ha escrito ya bastante, pudiendo destacar el artículo publicado por Hildebrandt ayer domingo en La Primera, y hoy por Alfredo Bullard y Guillermo Giacosa en Perú 21, en los que la nota común destaca la pluralidad democrática a la que condujo Álvarez Rodrich al que, sin lugar a dudas, fue el mejor diario de estos últimos tiempos. Fue. Todo parece que la voz monocorde que rige el mundo mediático busca cerrar más el espacio, clausurando los resquicios que permitían cierto desfogue y Perú 21 era una muestra de ello.
Y eso es indiscutible: el que concurran en un mismo diario opiniones absolutamente discrepantes y, sin embargo, sesudas también, da muestra de que puede construirse un medio de comunicación en el que las ideas se difundan sin censura y con tolerancia, es decir, democráticamente.

jueves, 13 de noviembre de 2008

¿Llegó la hora final del embargo a Cuba?

Hoy día, el Presidente Lula da Silva, máxima autoridad del país líder de Sudamérica, ha hecho el pedido expreso al Presidente electo de E.E.U.U., Barack Obama, "que retire el embargo unilateral de su país que pesa sobre Cuba para favorecer el cambio del régimen político en la isla caribeña".
Sobre este asunto se ha escrito y dicho mucho. Desde la derecha política se tuvo una posición inicial de aprobación y fomento de ese embargo como medida de presión para lograr debilitar y derrocar al gobierno de la isla; sin embargo, algunos representantes conspicuos de esta tendencia política, entre los que puede destacarse a Mario Vargas Llosa, cambiaron el enfoque inicial, viendo que la isla mantenía su opción independiente luego de la caída de la U.R.S.S., manifestando que el embargo le permitía a Fidel Castro contar con el pretexto por el cual justificaba la situación difícil de ese país, por lo cual plantearon que se levante el embargo. Desde una posición de izquierda, se ha dicho que todo lo que sucede en Cuba, se justifica por el embargo que limita las posibilidades de ese país y que una vez que este logre levantarse, Cuba florecerá.
Creo que el pedido directo formulado por Lula da una esperanza para que este enojoso asunto se resuelva mediante la confrontación con la realidad. De ese modo, se verá en la realidad (y ya no en un ámbito puramente ideológico), cuáles son las posibilidades de un desarrollo político, económico y social propio de Cuba y qué tantas posibilidades tiene de mantener la postura digna por la que no ha sido doblegada por la mayor potencia militar y económica de las historia universal.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El derecho de morir

Esta noticia me parece digna de resaltarse, aunque, probablemente, en la mentalidad católica y conservadora de una gran parte de nuestra sociedad, podrá generar rechazo: Una adolescente británica, que sufre una enfermedad terminal, ganó su derecho a morir después de que el hospital donde la trataban abandonara sus intentos para forzarla a someterse a una riesgosa operación de corazón.

Lo cierto es que esta adolescente fue diagnosticada de lecuemia cuando tenía cuatro años y recibió el tratamiento contra esa enfermedad desde los cinco años, por lo que pasó mucho tiempo en tratamientos y hospitalizada. Finalmente venció o superó esa enfermedad, pero le fue diagnosticado un problema en el corazón, por lo que tendría que intervenirla para transplantarle un corazón. Pero ella, con sus poco años, rechaza esa idea, pues prefiere pasar lo que le queda de vida en casa y con sus padres, quienes, por duro que sea, respetan su decisión y hasta se siente orgullosos por ella, toda vez que ha decidido morir con dignidad.

Sin ánimo de introducir aquí un debate que en el Perú no aparece como relevante (a pesar de tanto casos en que se obliga a las personas a vivir), simplemente manifestar que considero muy importante que las autoridades británicas hayan tenido la capacidad de no negarle a esa niña el derecho a una muerte digna.