Honduras está dando mucha carne a la discusión político ideológica de este tiempo. Hoy Raúl Wiener publicó en el Diario La Primera un artículo en el que analiza el rol de los EEUU (y de Obama a la cabeza, al menos formal de la gran potencia).
Este crítico intelectual de izquierda manifiesta que "la operación en Honduras es un hecho inconveniente para la imagen que pretende proyectar Barak Obama que es la del nuevo diálogo con América Latina, lo que supone alguna forma de coexistencia con los regímenes de Cuba y Venezuela. Pero el presidente de Estados Unidos tampoco puede avanzar demasiado en su condena a los golpistas, sin aparecer como demasiado blando con los “enemigos de Norteamérica”, que ya sabemos quienes son".
Es más, lo que se vislumbra con el golpe del 28 de junio "es la muy alta posibilidad de que sectores de la derecha latinoamericana y estadounidense hayan decidido mover la pieza centroamericana para ver hasta dónde podía conmoverse un escenario hemisférico que estiman cada vez más desfavorable. Un hasta aquí nomás, después de las elecciones salvadoreñas, y que pretende establecer un hito para la reversión a partir de Honduras. El punto, en este caso, no es tanto la existencia de esta coordinación internacional, que es casi obvia, sino si ella alcanza el interior del poder estatal que formalmente encabeza Obama".
No me parece que este punto de vista sea uno de aquellos "automatismos críticos" de los que nos hablaba Ramonet. Por el contrario, en dicho artículo se plantean una serie de interrogantes que es necesario absolver, más aun tomando en cuenta lo sucedido hoy en Costa Rica; sobre el particular, la BBC informa que:
"El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, sólo pudo mantener reuniones por separado con el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y el de facto, Roberto Micheletti, con el fin de buscar una solución política a la crisis en ese país centroamericano.
Tras terminar ambas reuniones, Micheletti dio una breve declaración donde anunció que dejaba una delegación de su gobierno para seguir dialogando bajo la mediación del mandatario costarricense".
Tras terminar ambas reuniones, Micheletti dio una breve declaración donde anunció que dejaba una delegación de su gobierno para seguir dialogando bajo la mediación del mandatario costarricense".
Es más, como el analista hondureño Juan Ramón Durán sostenía, "El gobierno de Estados Unidos ha venido modificando su posición inicial, de condena al golpe, a una actitud más dispuesta a analizar y escuchar ambas partes. Los congresistas conservadores han estado influyendo para ese cambio su posición". ¿No parece dar asidero esto a las opiniones de Wiener?
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