De lejos, el mejor artículo que he leído en este tiempo rspecto a lo que viene sucediendo en el Perú, es el artículo publicado por Luis Pásara en el Diario Perú. Y es que grafica con precisión lo que viene sucediendo en el terreno de la comunicación, específicamente en la actividad de los medios de comunicación y su relación con la política.
Así, Pásara destaca que lo más importante hoy es la pluralidad de medios existentes, aunque precisa que no existe, a pesar de ello, pluralismo (que "requiere que se acepte y respete la diversidad de opiniones y puntos de vista"), salvo en algunos pocos medios. Lamenta, sin embargo, la persistencia de la corrupción en ese ámbito en el que "No solo no se distingue hechos de opiniones -según esa vieja regla del periodismo anglosajón- sino que cotidianamente se hace negocio del pasar gato por liebre".
Este contexto es el que hace posible que la regla mágica para derrotar a cualquier contendor en el debate público sea la siguiente: "Acusar a alguien de tolerancia o, peor, complicidad con la subversión es una manera eficaz de descalificar su actuación en general".Y en los tiempos en que rige lo que Ignacio Ramonet denominó como "pensamiento único" puede darse por sobreentendido quién es el acusado y quien el acusador.
Es ahí donde radica la diferencia política y filosófica entre el "liberalismo" y el "neoliberalismo".
Así, Pásara destaca que lo más importante hoy es la pluralidad de medios existentes, aunque precisa que no existe, a pesar de ello, pluralismo (que "requiere que se acepte y respete la diversidad de opiniones y puntos de vista"), salvo en algunos pocos medios. Lamenta, sin embargo, la persistencia de la corrupción en ese ámbito en el que "No solo no se distingue hechos de opiniones -según esa vieja regla del periodismo anglosajón- sino que cotidianamente se hace negocio del pasar gato por liebre".
Este contexto es el que hace posible que la regla mágica para derrotar a cualquier contendor en el debate público sea la siguiente: "Acusar a alguien de tolerancia o, peor, complicidad con la subversión es una manera eficaz de descalificar su actuación en general".Y en los tiempos en que rige lo que Ignacio Ramonet denominó como "pensamiento único" puede darse por sobreentendido quién es el acusado y quien el acusador.
Es ahí donde radica la diferencia política y filosófica entre el "liberalismo" y el "neoliberalismo".
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