
domingo, 30 de noviembre de 2008
Una página web literaria de interés

jueves, 27 de noviembre de 2008
La utilidad de la inversión extranjera
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Realidad e imaginario social en el Perú
lunes, 24 de noviembre de 2008
La canción andina
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
tomando una cervecita
quien no vive una decepcion
quien no llora por un amor".
viernes, 21 de noviembre de 2008
Recuerdos de un hombre triste

Hoy está él, el hombre triste, caminando con la firmeza —aquella que lo sostiene a pesar de las grietas y de los alaridos— que quizá un día sus hijos recuerden y utilicen como huellas. Pensaba en ello cuando se encontró con un amigo de la adolescencia, un artista que consiguió un premio de arte a nivel nacional, con un óleo que repensaba el lunes santo cusqueño, al pie del Taytacha de los Temblores, ese rito que trasciende largamente el estrecho catolicismo y que no disfruta desde muchos años atrás. Intercambiaron números telefónicos y correos electrónicos para poderse encontrar otra vez. Antes de despedirse él soltó aquella bomba: ¿te acuerdas de SG?, preguntó. Sí lo recordaba, claro está. SG había estudiado dos años en la Facultad de Arte de su Universidad y luego abandonó los estudios. Esto último no lo sabía. Sucede que aquel amigo estuvo trabajando en diversos proyectos sociales, confirmando de ese modo el destino de éxito que desde su adolescencia atisbó, hasta que una misteriosa picadura de algún mosquito o bicho lo llevó de emergencia a un hospital en el que fue víctima de una mala práctica médica que lo dejó casi dos años en estado vegetal. Y aquela tragedia concluyó con su deceso hace poco tiempo.
Volvieron entonces las imágenes de un tiempo antiguo, difícil y complejo pero era el principio del camino. Estaba, con el afán tristón de siempre, deambulando en el parque de la urbanización en la que vivía. La había conocido a ella, tres años mayor, ya no recuerda cuándo, pero se enamoró perdidamente de sus cabellos largos y castaños, del diente montado en la encía que la hacía dueña de una imperfecta divinidad, de su permanente vestir de modelo. Nunca se lo dijo, nunca excepto aquella noche de borrachera desbordada en que se ahogó en la triste melodía de su locura y selló las puertas cerradas del corazón de su diosa. Y aquella diosa sucumbió justamente a las palabras y al arte de SG —quien, por la seguridad que destilaba y ese poderoso imán que escondía para las mujeres, le recordó a su padre—, él doblegó sus defensas y la estrechó fuertemente por la cintura, susurrándole palabras quizá más hermosas, pero nunca aquellas que

Y todo, en ese capítulo de su vida, fue un vano esperar que se agotó con el tiempo y que hoy volvió al recuerdo con la muerte de quien logró todo aquello que él construyó solo en los anhelos.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Guitarra ayacuchana: río claro, río turbio
La música ayacuchana es una de las expresiones más logradas dentro de lo que, gruesamente, podría llamarse "música peruana". Entre los nombres que se me vienen a la memoria están Bertha Barbarán, el Duo Arguedas (con canciones de calidad excepcional), Martina Portocarrero, los propios Gaitán Castro (en su época inicial, fundamentalmente). Y podría seguir la lista. Sin embargo, creo que la guitarra ayacuchana tiene sus dos mayores exponentes en Raúl García Zárate y en Manuelcha Prado.
A este último, en una entrevista en homenaje a García Zárate, le preguntaron cómo definía el arte de García Zárate y este respondió que veía en él un río que descendía desde los Andes, límpido y transparante. El periodista le retrucó de inmediato cómo definía su propio arte. Manuelcha Prado siguió utilizando la misma metáfora, solamente que dijo que en ese caso se trataba de un río turbio y cargado por las lluvias, casi un huayco.
Nunca he escuchado ni leído una mejor definición del arte de estos dos grandes artistas.
lunes, 17 de noviembre de 2008
Una mirada reflexiva de la elección de Barack Obama
Pero creo que es importante que se de una mirada más profunda a este tema. De ese modo, Immanuel Wallerstein ha escrito que "En Estados Unidos, como en Sudáfrica [de 1994, cuando fue elegido Nelson Mandela], ocurrió el amanecer de un nuevo día. Aun cuando sea un día imperfecto, es un mejor día que antes. Los afroestadunidenses, pero también los hispanos y la gente joven en general, votó por Obama en aras de la esperanza –esperanza difusa, pero real". Ese artículo me parece ciertamente indispensable de leer.